miércoles, 9 de julio de 2025

El actor Borja Maestre actuará en la Gala del Festival Multicultural de Asocastrona



Un año más, con la llegada del periodo estival, llega la programación cultural veraniega de nuestra asociación, un calendario de actividades y eventos entre los que destaca la Gala del Festival Multicultural, que en esta edición contará con la actuación del actor Borja Maestre, castronuñero muy querido por el conjunto del vecindario, que subirá al escenario del Centro Cívico para presentar un monólogo inspirado en la idiosincrasia de nuestro pueblo.

La Gala, que se celebrará el próximo 9 de agosto, contará además con la participación del duo de poetas formado por Ruth Iglesias y Gustavo González, quienes mostrarán al público asistente un extracto de su recital “Tormenta de Bohemia”. Igualmente, el guitarrista y cantante Natxo Diez será el encargado de poner la nota musical a la noche.

Premio Valores

Asocastrona entrega cada año el Premio Valores, un reconocimiento a una persona del municipio que destaque por sus cualidades humanas, principios éticos, virtudes morales o valores universales hacia el bien común y la convivencia armoniosa en sociedad. En este caso el galardón será entregado al joven Eloy González, quien el pasado otoño sufrió un accidente de tráfico, perdiendo la movilidad de las piernas. Con su actitud positiva y sus ganas de vivir ha dado una lección de entereza y de tesón para salir adelante y adaptarse a la nueva situación que ha de afrontar él y su entorno.


Verano cultural

Además del Festival Multicultural, la programación estival de Asocastrona cuenta con actividades variadas, algunas consolidadas en la agenda cultural y de ocio del municipio, entre ellas: “Poemas de una noche de verano”, evento literario que una vez más contará con la participación de la poeta María Sotelo, que en esta edición estará dedicado a Antonio Machado con motivo del 150 aniversario de su nacimiento. Otra actividad imprescindible es  Cantando al Fresco”, encuentro cultural que volverá a reunir a vecinos y vecinas en la plaza del pueblo para mantener vivo el legado musical que suponen las canciones de nuestro folclore popular heredadas de generaciones anteriores. Asimismo, se volverá a celebrar la “Ruta de los Hombres Chopo”, paseo nocturno temático que recorre los parajes en los que, según la leyenda, se desarrollaron los hechos del encuentro de un vecino del municipio con tres humanoides de gran tamaño.

La mayoría de las actividades propuestas son abiertas al público en general, aunque otras, por cuestión de aforo, se reservan para los 130 socios y socias de Asocastrona. Como novedades, cabe destacar la divertida gincana “Mensajero alado”, una aventura basada en un casual incidente ocurrido durante el sitio de Castronuño en el siglo XV, en la que los participantes volarán de prueba en prueba aprendiendo sobre las aves de la reserva natural. Igualmente, la programación celebración de cuatro talleres de cerámica, uno de pintura, una charla pedagógica que analiza la serieAdolecencia”, una visita a la presa de Castronuño, una ruta senderista nocturna y una comida de hermandad para socios y socias.

Desde Asocastrona invitamos a la participación en las diferentes actividades programadas, con las que se busca dinamizar culturalmente el municipio, fomentar la convivencia vecinal, así como el contacto con el medio natural.





martes, 24 de junio de 2025

Participamos en la jornada de asociacionismo de La Zarza

 


En el día de ayer hemos vuelto a participar en un encuentro de asociaciones comprometidas con el medio rural de la provincia, en este caso la cita ha sido en La Zarza, en una jornada repleta de actividades participativas, organizada por el Ayuntamiento de la localidad.

La programación arrancaba a media mañana con una ruta senderista que recorría los bellos parajes de este pueblo famoso por ser “La Capital del Nícalo”. Los numerosos pinares que rodean el municipio conforman el entorno perfecto donde nace este rico producto culinario. Miembros de distintas asociaciones de la provincia, ACAN -Asociación de Caminantes de Villanueva de Duero, La Olma, de Valladolid, La Chicharra, de Olmedo, El Alcornocal de Foncastín, Asocastrona de Castronuño, así como vecinos y vecinas de La Zarza, pudimos disfrutar de un agradable paseo circular en plena naturaleza, en el que afloraron interesantes conversaciones entre los y las asistentes.

Una vez de vuelta en las calles de La Zarza, no podía faltar la parada en el bar del pueblo, alto en el camino que sirvió para refrescar y tonificar los cuerpos castigados por el calor que ya apretaba a esas horas de la mañana.


Desde el ayuntamiento organizaron dos grupos para visitar de forma guiada el sorprendente Museo de Aperos Loli Tejero, la Biblioteca, espacio municipal recientemente inaugurado que acogía una exposición de máquinas de escribir y la majestuosa iglesia de San Silvestre. La Zarza es un municipio que posee patrimonio, naturaleza, cultura y arte. Prueba de esto último son los murales situados junto al pabellón multiusos, pinturas artísticas que versan sobre la negra noche de 1945 en la que el fuego devastó la localidad y sobre escenas cotidianas de años pasados, no tan lejanos en la memoria. A un lado de la pared un grupo de jóvenes en bicicleta perpetúan el anhelo de aquellos maravillosos veranos en el pueblo, al otro lado, la pintura recuerda la afición local al juego de la calva.


El pabellón fue el espacio donde transcurrió el resto de la jornada. Primero con una comida de convivencia y después con diversas actividades literarias y talleres de manualidades. El primero de los actos fue la mesa redonda moderada por el escritor José Carlos Iglesias Dorado, quien estuvo acompañado del librero de Olmedo, Javier Pérez, Santiago Manzano, el archiconocido como el “Archiperrero” y la escritora Aurora Losa, todos ellos activistas culturales del medio rural que compartieron con los presentes anécdotas, saberes y la experiencia de una forma de vida comprometida con los pueblos y su idiosincrasia.

Entremezcladas con los distintos talleres participativos de artesanía llegaron las presentaciones literarias de la obra de Aurora y José Carlos, así como el recital poético “Tormenta de Bohemia”, con el que los rapsodas Gustavo González y Ruth Iglesias deleitaron a los presentes logrando con la magia de la palabra crear un ambiente realmente especial.

Muchísimas gracias a todos los asistentes por compartir tantos momentos bonitos y en especial al Ayuntamiento de La Zarza, a Silvia y a Víctor, por apostar desde las instituciones por la cultura, la conservación del medioambiente y el asociacionismo, tres factores vitales para mantener vivos los pueblos y el alma de quienes los habitan. Ojalá esta jornada sirva de empujón para animar a los vecinos y vecinas de La Zarza a crear su propia asociación ¡seguro que sí!.  

¡Hasta la próxima amig@s!





miércoles, 4 de junio de 2025

Caminamos entre los textos de Delibes

Cerramos el mes de mayo con la participación en la marcha literaria de Villaverde de Medina, un evento deportivo y cultural organizado por nuestro amigo Santiago Manzano “El Archiperrero”. 

Noche de sábado con temperaturas veraniegas en la que 18 asocastron@s nos desplazamos a Villaverde de Medina para participar en el paseo nocturno temático “Delibes, bajo la luz de la luna”, al que días antes nos había invitado el bueno de El Archiperrero. En torno a un centenar de asistentes, entre los que había miembros de diferentes asociaciones de la provincia, El Alcornocal, de Foncastín, Pinariegos y ACAN de Villanueva de Duero, Copasol, de Fuente el Sol (Valladolid), ZEGA, de Viana de Cega, así como buenas gentes de Medina del Campo, Nava del Rey, Portillo, Torrecilla del Valle, Valladolid… y por supuesto, de Villaverde.

Comenzamos a caminar cuando todavía el telón del día no había caído del todo, aunque al poco rato algunos andarines ya empezaron a encender las primeras linternas que alumbraban nuestros pasos. El destino de la marcha era la Iglesia de Carrioncillo, bella construcción ubicada en un paraje arbolado que dista a 3,5 kilómetros de Villaverde. Esta iglesia es testigo de la población, hoy desaparecida, que un día existió en aquel entorno.

Con la llegada a este mágico lugar llegó el momento más especial de la oscura noche, las lecturas de los textos extraídos de la obra de Miguel Delibes, extractos que previamente había seleccionado Victor, de Foncastín. Así pues, entre los graznidos y los diferentes sonidos que emitían las aves nocturnas, se abrió paso a la magia de las palabras y estas fueron envolviendo al grupo y mostrándole saberes y moralejas que brotaban de los pasajes de Érase una vez la paz, Tres pájaros de cuenta, El Camino, El disputado voto del Señor Cayo, El hereje, Viejas historias de Castilla la Vieja, etc… Para finalizar, y como no podía ser de otra manera, “El Archi” nos agasajó con su talento artístico y declamó, con gran sentimiento y belleza, el  poema de Antonio González Blanco, que homenajea de forma magistral al maestro Delibes y su obra.

Emprendimos el camino de regreso a Villaverde con la sensación de haber vivido un momento único lleno de magia. La magia de quien ama su pueblo, sus costumbres, sus rincones, y crea un evento cultural tan especial con el fin de disfrutarlo de forma compartida. Una vez en Villaverde, en el entorno de la iglesia nos esperaban unas ricas viandas que habían preparado los anfitriones.

Vivimos una noche de verano, sin ser verano, en la que disfrutamos de un paseo de lujo y de la CULTURA (con mayúsculas) en compañía de buenos amigos y amigas ¿Se puede pedir más?

Gracias Santiago por hacerlo posible.


martes, 13 de mayo de 2025

SANTIAGO DE COMPOSTELA, ¿EL FINAL DEL CAMINO?

Llegó la fecha deseada: Miércoles 30 de Abril de 2025. Esa había sido la cita marcada en el calendario desde hace casi un año como la más adecuada para terminar nuestra particular peregrinación a Santiago de Compostela, un puente largo que nos permitiera llegar y disfrutar de nuestro logro, lo  que  para los más veteranos suponía culminar una caminata de  460,160 Km iniciada por tierras de Siete Iglesias de Trabancos allá por el año 2013.

Aquella primera ruta, Etapa 25ª del Camino de Santiago de Levante GR-239, comenzó en el pueblo vecino por el placer de experimentar lo que podía sentir un peregrino a su llegada a nuestro pueblo, Castronuño, un antes y un después en el paisaje del Camino. No en vano, Castronuño fue  renombrado en la antigüedad como La Gran Florida del Duero y sin duda, al llegar a él, el verde empieza a ser una nueva tonalidad en el camino. 

Lo que no habíamos ni imaginado de lejos es que para ser la última expedición en busca de nuestro Grial, iba a estar llena de tantas vicisitudes que superar. La primera fue “ El Gran Apagón” del lunes 28, y con él las inevitables preguntas : ¿Cuánto durará? ¿Podremos viajar? ¡¡Uff!!, y la luz se hizo ese mismo día. Así que, manos a la obra, o lo que es lo mismo, pies al Camino.

Esta vez, un numeroso grupo de diecinueve peregrinas y peregrinos, el mayor de todas las etapas, partiríamos de diferentes puntos a la misma hora zulú: las 10:00h de la mañana. No obstante, el grueso de los participantes saldríamos de la Plaza de la Constitución de Castronuño en coches particulares que después serían el apoyo en el camino como coches escoba. El encuentro fue ya especial, el aire se respiraba cargado de alegría por el logro y la superación personal que supondría llegar a Santiago, aunque la hazaña hubiera supuesto emplear doce años de nuestras vidas. Tras los abrazos y saludos oportunos, enfilamos hacia Silleda, lugar donde acabamos etapa el año anterior, y donde la lluvia también volvió a ser protagonista. Fue como “el día de la marmota”, ¡vaya si llovía!

Tras el intento de paseo por Silleda, el Hostal Casasnovas fue el refugio perfecto para esperar a que todo el grupo estuviera completo y celebrar la primera cena de hermandad, que serviría además para que todo el mundo pusiera cara a los nombres del grupo de whatsapp.

Llegó la hora de la verdad, desayuno de grupo y a mover las piernas. El día amaneció luminoso y soleado, perfecto para caminar los 24km de esta penúltima etapa que, sinceramente, se nos hizo muy llevadera, tal vez por su perfil descendente.

A los 7,5 kilómetros, parada reconstituyente en el Bar Alty de Bandeira, donde una amable camarera nos obsequió con rico bizcocho y otras tapas. Se nota que están acostumbrados al trato con los miles de peregrinos que por allí pasan y que les gusta dejar un buen recuerdo en los caminantes.

Tras el descanso, de nuevo al Camino. Próxima estación, Dornelas. El olor a eucalipto, roble y pino aromatiza esta bonita senda. El grupo se estira buscando cada caminante el ritmo de pisada que le permita llegar a destino con el menor sufrimiento. Fue en este tramo cuando contactamos con el primer peregrino de un grupo de jóvenes americanos estudiantes de Filología Hispánica, para los que hacer una semana en El Camino formaba parte de su aprendizaje cultural de nuestro rico y variado país. El primer contacto visual que tuvimos de Fisher era el de un joven de pisada corta, lenta y dolorido, indicio de unos pies llenos de ampollas. Toda aquella persona que haya estado en esta situación reconoce este sufrimiento, en el que, para colmo, sabes que no puedes parar, que hay que llegar a destino.

Por un rato, este grupo de peregrinos y peregrinas nos convertimos en esos “ángeles guardianes del camino”, esas personas que aparecen de repente para subirte la moral cuando estás en un momento complicado. La verdad, fue un rato de conversación agradable en un perfecto español el que disfrutamos con Fisher, un joven educado, amable, culto y con ganas de intercambiar conocimientos sobre las distintas formas de vida de ambos países. Podríamos decir que le llevamos en volandas hasta nuestro siguiente alto en el camino: San Miguel de Castro, a tan sólo 4 km de Ponte Ulla, nuestro fin de etapa de hoy. Curioso y premonitorio nombre el de este lugar, sobre todo para unos peregrinos en su mayoría galdarros como nosotros.

Los coches escoba, sherpas de la expedición, no localizaban el lugar adecuado para dar cuenta de las ricas y deseadas viandas que transportaban en sus maleteros, avituallamiento totalmente necesario para juntar al grupo, reponer fuerzas y preparar el cuerpo para el último empujón del día, los últimos 4 km que nos separaban del deseado fin de etapa: Ponte Ulla.

Pero allí, en mitad del camino, apareció el cartel que anunciaba un pequeño y singular paraíso: “Área de Descanso del Peregrino: Finca Anduriñas”. Fue allí donde una música relajante que invitaba a la meditación nos dio la bienvenida y nos proporcionó el espacio ideal para saborear nuestros bocatas. Pilar fue una anfitriona de lujo. Nos preparó limonada, cerveza casera, tablas con tostas calientes de jamón y queso, café de puchero, y todo ello rodeado de hermosos rincones cargados de arte ecléctico, resultado del trabajo y cuidado del detalle de Pilar y su familia. Y para colmo, al módico precio de “la voluntad”. ¿Se puede pedir más? Y es que, cuando se es peregrina, como Pilar, se sabe cómo tratar a los peregrinos.

Con el cuerpo y el espíritu alimentados y relajados, último empujón hacia el fin de etapa: Ponte Ulla, a 4 kilómetros. El tramo restante se prometía fácil, rápido y sencillo, pero una fuerte pendiente de carretera mojada y resbaladiza dificultó el descenso y provocó alguna que otra culada, sin mayores consecuencias, afortunadamente.

Los coches escoba nos esperaban en el alojamiento “O Cruceiro ” para repartir habitaciones. La trabajadora que nos recibió en la parte del restaurante se mostró encantadora, aunque tuvimos un contratiempo con la dirección ya que tres de las habitaciones del grupo fueron destinadas a otro edificio a una cierta distancia.

Tras la reconfortante ducha y antes de la rica cena de hermandad, tuvimos tiempo para disfrutar de unos bailes en la carpa destinada a celebrar la Festa da Xuventude de Ponte Ulla. Fue allí donde volvimos a encontrarnos con el grupo de estudiantes estadounidenses, quienes se unieron a nuestra marcha, y vaya si nos lo pasamos bien. En un momento nos convertimos en el alma de la fiesta. Música de fiesta, albariño y buena compañía. ¡Qué más se puede pedir! Fue nuestra particular celebración del 1 de Mayo, Día del Trabajador.

El viernes 2 de mayo amaneció lluvioso, como pronosticaban los augurios meteorológicos, pero como ya es sabido : ”Al mal tiempo, buena cara”. Justo antes del pistoletazo de salida de la última etapa hacia Santiago de Compostela, y aunque nos habíamos pertrechado con impermeables y paraguas, cesó la lluvia. Así que, foto familiar rápida y comenzamos nuestra última caminata hacia la conquista de nuestra meta: Plaza del Obradoiro.

Y como dice otro refrán, “Todo lo que sube, baja”, y  debería añadirse “y viceversa”, puesto que el perfil del camino comenzó ascendente, aunque llevadero. Era una maravilla caminar entre árboles y cascadas, rodeados de nuevo de un envolvente olor a eucalipto.

Como el grupo de andarines y andarinas se estiraba, llamadas de posicionamiento del personal. Y menos mal, porque gracias a esas llamadas fue posible darse cuenta de la pérdida del móvil por parte de una andarina y su recuperación. ¿Serían las Meigas o la capa del Santo? El hecho es que todo se solucionó bien. La rápida intervención de los coches escoba y de los peregrinos conductores, también tuvieron su parte en la solución del contratiempo. Y para pasar el susto y reagruparnos, nada mejor que una paradiña en el Camino, cerca de A Susana.

Como en la etapa anterior, el último avituallamiento y descanso antes de enfilar a Santiago lo realizamos a la sombra de la ermita de Santa Lucía, un lugar estupendo rodeado de árboles y el murmullo del agua, corriente que se llevó las gafas de otra andarina. Debía ser otra prueba del camino.

En ese mismo lugar y justo antes de partir, el Saludo al Sol de otra componente del grupo fue el termómetro para confirmar que el grupo estaba en buena forma y con los ánimos intactos. ¡Enfilamos a Santiago!

La emoción se palpa a nuestro alrededor, el silencio pensativo de todos y todas seguro se debe a las mil y una emociones contenidas a lo largo de estos doce años de camino. Los recuerdos de cada una de las etapas se suceden rápidamente y nos golpean. ¿Golpes? De repente, el granizo y la lluvia nos sacan de ese grato ensimismamiento. Menos mal que  apareció un cobertizo protector para sacar la indumentaria de lluvia. Lo llamaremos “El cobertizo del Amor”, con entrega de ramo de flores incluida.

A partir de ahí, la fuerte lluvia acompañó nuestros últimos pasos, hasta tal punto, que tuvimos que  guarecernos en paradas de autobús y grandes portales privados, pero abiertos amablemente. Estaba claro que tendríamos una entrada triunfal, cumpliendo con todos los requisitos. Y es que, como dice la canción ,  “Chove en Santiago”,  y esa misma lluvia es una conexión entre el entorno natural y emocional de quien pisa las maravillosas calles empedradas que conducen al kilómetro cero del camino.

Las torres de la catedral asoman, el corazón se acelera. Todos juntos bajamos las escaleras de la Praza da Quintana do Mortos, cual descenso a los infiernos, para atravesar la plaza de Platerías, y por fin, la catarsis renovadora: Plaza del Obradoiro, fachada principal de la Catedral de Santiago y entrada al Pórtico de la Gloria.

Y así nos sentíamos, ¡en la gloria! Abrazos, besos, griterío comunitario de nuestro grupo de peregrinos y de otros muchos que arribaban a puerto. Hasta un tímido sonido de El Palillo, versión proporcionada amablemente por el maestro José Luis Galiacho, se diluía entre la algarabía colectiva. Tras ese inolvidable momento, sólo faltaba conseguir nuestra merecida Compostela para acreditar nuestra hazaña, un cúmulo incalculable de gratos recuerdos compartidos y superación personal. Todo eso es El Camino.

Aún quedaba lo mejor, dos días de disfrute de Santiago que incluían la prometida y deseada mariscada, actuación nocturna de la tuna y una visita ilustrativa y guiada por los rincones de Santiago de Compostela a cargo de Mónica, de www.guiacompostela.com , a la que quedamos eternamente agradecidos por sus conocimientos y por ese Nudo de Brujas, talismán protector que hasta nos recompensó con el vuelo del Botafumeiro.

Así ha sido el relato de este fin de camino. O tal vez no, porque a todo ULTREIA, “sigue adelante”, le sigue una respuesta:  “ET SUSEIA”, “y más allá”.

¿Nos vemos en Finisterre?