Cerramos el mes de mayo con la participación en la marcha literaria de Villaverde de Medina, un evento deportivo y cultural organizado por nuestro amigo Santiago Manzano “El Archiperrero”.
Noche de sábado con temperaturas veraniegas en la que 18
asocastron@s nos desplazamos a Villaverde de Medina para participar en el paseo
nocturno temático “Delibes, bajo la luz de la luna”, al que días antes nos
había invitado el bueno de El Archiperrero. En torno a un centenar de asistentes,
entre los que había miembros de diferentes asociaciones de la provincia, El
Alcornocal, de Foncastín, Pinariegos y ACAN de Villanueva de Duero, Copasol, de Fuente el Sol (Valladolid), ZEGA, de Viana de Cega, así como buenas gentes de Medina del Campo, Nava del
Rey, Portillo, Torrecilla del Valle, Valladolid… y por supuesto, de Villaverde.
Comenzamos a caminar cuando todavía el telón del día no
había caído del todo, aunque al poco rato algunos andarines ya empezaron a
encender las primeras linternas que alumbraban nuestros pasos. El destino de la
marcha era la Iglesia de Carrioncillo, bella construcción ubicada en un paraje arbolado que
dista a 3,5 kilómetros de Villaverde. Esta iglesia es testigo de la población,
hoy desaparecida, que un día existió en aquel entorno.
Con la llegada a este mágico lugar llegó el momento más
especial de la oscura noche, las lecturas de los textos extraídos de la obra de
Miguel Delibes, extractos que previamente había seleccionado Victor, de
Foncastín. Así pues, entre los graznidos y los diferentes sonidos que emitían
las aves nocturnas, se abrió paso a la magia de las palabras y estas fueron envolviendo
al grupo y mostrándole saberes y moralejas que brotaban de los pasajes de Érase
una vez la paz, Tres pájaros de cuenta, El Camino, El disputado voto del Señor
Cayo, El hereje, Viejas historias de Castilla la Vieja, etc… Para finalizar, y como
no podía ser de otra manera, “El Archi” nos agasajó con su talento artístico y declamó,
con gran sentimiento y belleza, el poema
de Antonio González Blanco, que homenajea de forma magistral al maestro Delibes
y su obra.
Emprendimos el camino de regreso a Villaverde con la
sensación de haber vivido un momento único lleno de magia. La magia de quien ama
su pueblo, sus costumbres, sus rincones, y crea un evento cultural tan especial
con el fin de disfrutarlo de forma compartida. Una vez en Villaverde, en el
entorno de la iglesia nos esperaban unas ricas viandas que habían preparado los
anfitriones.
Vivimos una noche de verano, sin ser verano, en la que disfrutamos
de un paseo de lujo y de la CULTURA (con mayúsculas) en compañía de buenos amigos
y amigas ¿Se puede pedir más?
Gracias Santiago por hacerlo posible.



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