lunes, 16 de agosto de 2021

Visita a los viñedos de Esteban Celemín

 


Con los últimos rayos de luz de la tarde del domingo 15 de agosto iniciamos la visita a los viñedos de Esteban Celemín ubicados en la finca de su familia. Se trata de una actividad que Asocastrona programa por segundo año consecutivo, cuya finalidad se centra en conocer un poco más la historia de la uva autóctona de las Riberas de Castronuño, Albillo Real, y las peculiaridades de los vinos que con sus vides se elaboran, de la mano de uno de los mayores expertos y recuperadores de esta variedad de uva.


Recibimos la cálida y siempre amable bienvenida de Esteban (padre), quien nos fue guiando por la finca hasta llegar al punto de inicio de la charla. A cada paso por el terreno se aprecia el detalle y empeño con el que Esteban senior cuida sus árboles frutales y la huerta colindante al majuejo de albillera, con métodos totalmente ecológicos. Esteban (hijo) tomó la palabra para guiarnos en el objetivo de la visita. En su introducción, al costado de la nave de barricas, nos habló del origen de los cultivos de Albillo Real y de cómo fue interesándose por esta variedad de uva hasta el punto de querer elaborar su propia producción de vino, comprando uva a los agricultores que, por aquel tiempo (2001), tenían cepas de esta variante (principalmente, Mariano Costillares y Epifanio Modroño “Pifa”). Nos contó que la dificultad para adquirir la cantidad inicial deseada (unos 500 kilos) y el riesgo de extinción de estas cepas añejas le empujaron a iniciar su propio cultivo experimental.


Esteban nos relató con entusiasmo los orígenes de esta uva blanca y su protagonismo histórico en gran parte de la comarca de Tierra del vino, entre las provincias de Valladolid y Zamora. En Castronuño apuntó vestigios de Albillo Real situados en los albores de 1730, cuando los monjes de Toro trajeron sus sarmientos a las tierras galdarras.  Ya en el siglo XX su cultivo fue sustituido paulatinamente por otras variedades más sencillas de cultivar y de mayor rendimiento productivo, como la variante "Albillo negro", que fue relegando a la "real" desde los años 70, al ser una uva más apta para la elaboración de los tintos y rosados que se han ido popularizando en zonas de San Román y Toro.

Los vinos que produce la variedad de Albillo Real son glicéricos, aromáticos, grasos y con alto índice de azúcar. En manos de Esteban, quién elabora al estilo tradicional y ecológico, estos caldos potencian al máximo su calidad y ofrecen un toque muy personal, bien diferenciado de otros blancos y verdejos más extendidos por las tierras colindantes. Tras estas nociones iniciales, pasamos a la parcela donde se cultivan estas vides para degustar los productos que de ella emanan.


El primer vino ofrecido fue "Señora Vale", cuyo nombre proviene de la abuela de Esteban “Valeriana”. Este caldo se define por sus aromas de frutas de hueso, notas de flores blancas y toques minerales. En boca es expansivo y expresivo, con una acidez brillante y un final salino, producto del suelo de arenas en superficie con arenisca en profundidad. Señora Vale tiene su origen en esquejes de cepas viejas de los viticultores de la zona que Esteban ha trabajado en espaldera.

El segundo vino degustado fue “Afuereñas las uvas” que está elaborado con la mezcla de tres variedades de uva que provienen de tierras francesas. Esteban nos relató que su intención era encontrar en este vino posibles similitudes al Albillo Real en cepas de otras regiones que ha visitado, fruto de su inquietud y continuo estudio. Sin embargo, el resultado final nos ofrece un blanco menos graso y con menor grado de azúcar que los vinos de Albillo, aunque de gustoso sabor, tal vez más popular y fresco.

Entre los vinos tintos Esteban nos ofreció, en primer lugar, “Ultimas Huellas” hecho a partir de una viña de tempranillo situada en la zona de Castronuño. Seguidamente, degustamos “Melquiades”, que está realizado como “un vino de comarca”, ya que para su elaboración se mezcla la uva de seis zonas diferentes de la D.O. de Toro, lo que le da un sabor holístico y ecléctico. Estos tintos fueron catados al albur de los datos históricos y geológicos que nos ofreció Celemín con las claves por las que se distinguen sus sabores de otros semejantes de la comarca.    

Finalmente, nuestro anfitrión nos ofreció su espumoso “Troglodita” elaborado a partir de uva moscatel, y con un equilibrio intencionado de sabores dulces y carbónicos. Toda una experiencia para nuestro neófito paladar vinícola.  

La cata culminó con la degustación de unos dulces árabes ecológicos provenientes del Obrador artesano de María Jose Celemín, Al-Kauthar, que hizo las delicias de los embriagados paladares de los asistentes.

Finalmente, se realizó un brindis colectivo por Asocastrona, por la amistad y por la salud. El brindis fue acompañado de las palabras de nuestro vicepresidente, Mauro Álvarez, que además de agradecer la hospitalidad de la familia Celemín anunció las siguientes actividades programadas para las próximas fechas, todas ellas bajo el estricto cumplimiento de las medidas de seguridad sanitaria necesarias en estos momentos.




lunes, 9 de agosto de 2021

VIII Festival Multicultural: una noche con duende

Tras el parón de 2020 a causa de la pandemia, un año más, hemos vuelto a celebrar nuestra tradicional gala del festival veraniego más esperado de Castronuño, el Festival Multicultural de Asocastrona. Un evento cultural que siempre se había celebrado en el Centro Cívico, salvo la presente edición que ha sido trasladada a la Plaza de la Iglesia, lugar ideal para acoger eventos de este tipo. A la gala asistieron en torno a 200 espectadores que en todo momento cumplieron con el protocolo COVID establecido para disfrutar de la cultura con total seguridad.

Pasaban cinco minutos de las 8 de la tarde, cuando salió a escena el grupo de danza oriental Daima Yalâh, deleitando al público asistente con la primera de sus coloridas y vistosas puestas en escena. En total fueron cuatro las apariciones de las chicas de Daima Yalâh, con diferentes bailes y vestimenta, haciendo las delicias de un público entregado al espectáculo y deseoso de actividad cultural.

Un regreso deseado fue el del Grupo de Teatro El Palillo, habitual colaborador del festival, que volvía a los escenarios tras una pausa obligada por la situación sanitaria. Y que mejor manera de hacerlo que con un entremés lleno de humor sobre un consultorio médico con unos pacientes muy especiales. Armando, Toya, Maruja, Marga y Victor hicieron reír de lo lindo a los asistentes con su desternillante interpretación de la obra “La consulta del Doctor Melquiades”.

Sin duda el momento más emotivo de la gala fue la entrega del Premio Valores 2021, que recayó en Valentín Herrero Galiacho, el poeta de Castronuño. Un autodidacta literario que recibió la gran ovación de la tarde-noche, unos aplausos que le trasladaban el cariño de todo el pueblo. El trofeo fue entregado por Rosana de Castro, quien recordó todos los valores humanos y artísticos que posee Valentín, que le han hecho merecedor innegable del galardón. El premiado deleitó a los presentes con una sentida poesía.

La gala fue presentada por los miembros de Asocastrona Oscar Modroño y Paqui de Castro, antes de estos, los niños Martina y Diego hicieron sus pinitos como presentadores, demostrando que hay madera artística en ambos y que el relevo está asegurado. Tras la entrega del Premio Valores, Oscar y Paqui se atrevieron a interpretar la canción “Eso que tú me das” de Pau Donés, como pequeño homenaje al autor, así como a las personas y sectores imprescindibles en tiempos de pandemia y a quienes han fallecido a causa de la misma. Una canción de esperanza y canto a la vida.

La parte musical corrió a cargo del dúo MYA, compuesto por los zamoranos Mark Feel & Alba Lorez, quienes ofrecieron un concierto que repasaba algunos de los temas más conocidos de su primer disco “La torre de Markfeel”, algún adelanto de su próximo trabajo “Monstruos” y una variada selección de temas conocidos del pop-rock español. Fueron los encargados de poner un broche de oro al festival, haciendo vibrar a los asistentes con su música y la fuerza que trasmiten desde el escenario.

La iglesia Santa María del Castillo, en el Parque de la Muela, fue un inmejorable telón de fondo de una noche mágica e inolvidable. Gracias a todos quienes habéis aportado vuestro granito de arena para que haya sido posible, vosotros sois el duende.