domingo, 20 de julio de 2025

ASOCASTRONA VISITA LA PRESA DE SAN JOSÉ

La visita a la Presa de Castronuño nos llevó a retroceder en el tiempo, concretamente al periodo comprendido entre 1920 y 1940, cuando aquel mismo enclave no albergaba aún la infraestructura hidráulica actual, sino un antiguo molino gestionado por la familia Alonso-Santos. Durante generaciones, esta familia fue parte esencial del paisaje económico local, aprovechando las aguas del Duero para la molienda.

El establecimiento de la presa marcó un antes y un después en la historia del lugar. Félix Alonso, descendiente de aquella estirpe molinera y ya asentado en el núcleo urbano de Castronuño —en la calle Real—, pasó a desempeñar un papel relevante como encargado de la Electra Popular Vallisoletana. Además, se ocupaba de una tarea cotidiana pero imprescindible: el cobro de los recibos de la luz en la comarca, una función que en aquella época requería paciencia y constancia, recorriendo pueblos y hogares donde la electricidad era aún una novedad. Sus hijos, Félix y Abel, continuaron en dicha empresa, respectivamente en el Salto de Saucelle y en la oficina monumental de ladrillo cerámico rojo de la Electra sita en el Paseo de Isabel la Católica de Valladolid.

En el ámbito técnico de la Presa  destaca la figura del ingeniero Juan Bautista Varela, responsable del diseño y ejecución de la presa. Su labor fue reconocida por la comunidad, como atestigua una placa conmemorativa en la plazuela de la Puerta del Hospital, uno de los lugares emblemáticos del municipio. En la misma plazuela, por cierto, vivía otro ingeniero de la Renfe, el capitán Nolla, que cuenta con una calle contigua en su honor.

Pero no solo los ingenieros dejaron su huella. Muchos de los obreros que participaron en la construcción pertenecían a la conocida empresa Boetticher y Navarro, especializada en obras hidráulicas. Estos trabajadores eran auténticos nómadas industriales del siglo XX: se desplazaban por toda la península siguiendo el avance de las obras, desde el cierre de una presa hasta el inicio de la siguiente. Algunos de ellos, sin embargo, encontraron en Castronuño algo más que trabajo: un hogar. Es el caso de la familia Díaz Díez, siendo el apellido Díaz originario de Andalucía y el Diez de Castronuño, familia que también vive en la  Puerta del Hospital. Otro ejemplo es el de la familia Montes, apodada "los alemanes", cuya descendencia continúa hoy al frente de la gestión de la propia presa, y que casualmente también se afincaron en la Puerta del Hospital

En definitiva, la presa de Castronuño no es solo una infraestructura funcional: es testimonio de un pasado de transformación industrial, de migraciones internas y de integración de nuevas familias en el tejido social del pueblo. Un ejemplo tangible de cómo las grandes obras públicas moldean también la historia humana.

En el plano histórico-técnico de la construcción de la Presa de San José sobre el río Duero a su paso por Castronuño, lo primero que debemos contemplar, para ser más exactos, es el hecho de que realmente se trata de un azud, ya que facilita el desvío de parte del caudal fluvial para el riego de explotaciones agrícolas ribereñas mediante dos canales, el de Toro-Zamora por la margen izquierda y el de San José, por la margen derecha. Así mismo, también dispone de la Acequia de Villafranca para completar el sistema de vías que permiten el riego en la zona.

El Canal Toro- Zamora ha terminado ya su proceso de modernización, lo que ha supuesto un ahorro hídrico importante, descendiendo el consumo de agua de 11 a 6 metros cúbicos por segundo. Aun así, se sigue cortando el agua en él cada dos semanas con la misión de limpiarlo de obas, algas que están proliferando con más abundancia ya que el calentamiento de las aguas producido por el cambio climático favorece su desarrollo.

El Canal de San José está todavía terminando su proceso de modernización del riego. La periodicidad de su funcionamiento consiste en 4 días en función y 3 días parado.

La primera mención encontrada sobre la Presa de San José es de 1898, aunque es en 1932 cuando se plantea el proyecto, que será de nuevo replanteado en 1934 debido a que las dimensiones de las compuertas eran más grandes de lo previsto. La inauguración de la presa tuvo lugar en 1945,  posteriormente se construyó la central eléctrica que se puso en funcionamiento en 1957.

En 1960 la presa sufrió la avenida de una gran riada que se llevó el muro de gaviones, estructura formada de piedras sujetas por una malla metálica. Así las cosas, hubo que renovar esa estructura, lo que se solucionó con la construcción de un muro de hormigón en el periodo comprendido entre los años 1967-1970.

La fuerza de caída del agua produce un gran desgaste en el cuenco de amortiguación, por lo que entre 1989 y 1992 hubo que repararlo. Debido a esta circunstancia, los castronuñeros y castronuñeras pudimos contemplar  dos hechos curiosos. En primer lugar, observamos un cauce sin apenas agua, ya que el río tuvo que ser desviado para que las reparaciones pudieran realizarse. Con el vaciado de la presa también se vio emerger un coche sin conductor de las profundidades del Duero. Si ustedes se preguntan cómo acabó allí, diremos que esa cuestión quedó sin respuesta, como otros  misterios que rodean esa zona de altos chopos.

Con la Ley 6/2002 de declaración de la zona como Reserva Natural, el control del mantenimiento de la lámina de agua es más exhaustivo y como consecuencia, las reformas en la presa son más exigentes técnicamente puesto que no se puede secar del todo el cauce. A día de hoy hay concedido un presupuesto de 4 millones de euros para nuevas reparaciones en la Presa de San José.

Para quien disfrute incorporando vocabulario a sus saberes, como así sucedió durante esta amena e instructiva visita, les diré que los pilares entre compuertas se denominan “tajamares” y los pilares metálicos que se conforman a base de poner uno encima de otro con el fin de reparar las compuertas reciben el nombre de “ataguías”.

La Presa de San José pertenece a la categoría de “Gran Presa” por sus dimensiones: 11,5 m de altura, 5,5 hectómetros cúbicos de volumen de agua. Por los posibles graves daños medioambientales aguas abajo, también entra en la categoría A. Por esta circunstancia, está dentro del Plan de Emergencia y Mantenimiento Anual.

Otros datos que se pueden constatar son sus 156 m de longitud, sus 8 vanos de 3 m cada uno, correspondientes a las 8 compuertas, junto con las 192 hectáreas de superficie que respetan el cauce original del río. Sus dimensiones permiten regar una superficie cercana a las 12.000 hectáreas.

Entre los usos que tiene esta presa, localizada en el punto medio del Duero, están el abastecimiento de agua tanto para las poblaciones como para el riego, junto con la producción de energía eléctrica, siendo una de las que más produce en el Duero, con una producción aprobada de 5 megavatios, aunque suele producir alrededor de 4,5 megavatios. Para producir esta energía, la central cuenta con 4 grupos de turbinas: 3 turbinas Kaplan antiguas e idénticas, que producen alrededor de 1 megavatio cada una, y una turbina más moderna semi Kaplan, capaz de producir 1,5 megavatios. Curiosamente, las turbina nueva es la que más quebraderos de cabeza produce a los operarios que se encargan del mantenimiento de la central y que tan amablemente nos recibieron y acompañaron a lo largo de la visita.

La laminación de avenidas para evitar males mayores, el mantenimiento del caudal ecológico y el abastecimiento de agua para las turbinas son otras de las funciones controladas desde la central.

Es difícil controlar todas estas situaciones y mantenerlas en los parámetros adecuados puesto que son muchos los factores que intervienen y algunos incontrolables a priori, como puede ser la cantidad de precipitaciones. Esta situación no es siempre entendida por los usuarios de los canales de riego, sobre todo cuando se libera agua a finales de verano, habiéndose cortado el agua anteriormente.

Cuando el caudal no es suficiente, se suelta un 10%  desde Aguilar de Campoo , que tardará en llegar a Castronuño entre 6 y 7 días. Esta cantidad no daña al río y permite equilibrar nuestro embalse. Curiosamente, en el pasado había una persona encargada de “acompañar y entregar el agua”. Este era el cometido de los guardas que vivían en las casillas, sobre todo en verano.

La Presa de San José es una infraestructura segura a día de hoy, todos los sistemas de control están duplicados por si se diera el caso del fallo de uno de ellos. En la actualidad, se está pensando en construir un desagüe de fondo que incrementará la seguridad de todo el conjunto arquitectónico.

Por último, solo nos queda agradecer a Jorge, Rosana, Javi y Diego, operarios de Confederación Hidrográfica del Duero, su interesante y amable recibimiento, logrando captar la atenta mirada y el interés del grupo  a lo largo de toda la actividad. Sin duda alguna, una jornada lúdica y cultural muy agradable para el conjunto de socias y socios de Asocastrona que asistimos a esta actividad.


Autores:

Alejandro Alonso Diez, en la parte socioeconómica.

Rosana de Castro Blanco, en la parte técnica.




















 


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