Muchos filósofos y científicos aluden a la paciencia como una de las características necesarias para promover el conocimiento. Según San Agustín, "La paciencia es la compañera de la sabiduría". Otro ejemplo, que ha llegado incluso a nuestro refranero, es la frase "la paciencia es la madre de la ciencia", atribuida comúnmente al filósofo chino Confucio.
Con la
actividad del pasado sábado 25 de Octubre, en Asocastrona pudimos comprobar,
una vez más, que tener paciencia nos es favorable y nos da frutos de sabor
intenso que dejan dulces recuerdos y hacen que nuestro hipotálamo se
descontrole y nos pida más de muchas de nuestras actividades.
Este fue el
caso de la actividad con el
ingeniero forestal Eduardo Perote, un activista de la sostenibilidad lleno de
saberes sobre agricultura, medioambiente y mundo rural.
La lluvia impidió realizar el paseo didáctico programado por la
reserva natural, aunque fue sustituido por una conferencia en interior que resultó
ser una clase magistral de lo más interesante y que tuvo como eje central la
experiencia de la Asociación El Prau de Luyas en el medio natural y la
importancia de proteger la biodiversidad. Obviamente, la biodiversidad da
riqueza natural, pero lo más importante, la
biodiversidad salva las cosechas y plantas, genera resistencia ante
enfermedades y plagas y fortalece los
cultivos. Como en los seres humanos, la diversidad genética crea una protección
natural frente a las enfermedades y deterioro provocado por la endogamia y la
repetición cromosomática.
Entre las infinitas actividades de esta asociación, de la que
Eduardo Perote es el alma mater - y
pater, me atrevo a decir - , supimos de sus múltiples actuaciones de
reforestación en el territorio, con plantas y árboles autóctonos, en aras de recuperar nuestra masa forestal y
fomentar la biodiversidad que nos protege. Perote nos recordó el proverbio
chino: El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años. El segundo
mejor momento es ahora. Una buena filosofía, sin duda.
Estas plantaciones no se hacen al azar, sino aprovechando las
zonas erosionadas por las escorrentías provocadas por las fuertes lluvias, lo
que tiene doble función: asegura el terreno mediante las raíces de los árboles
plantados, que a su vez, obtienen más agua de forma natural y sostenible, tan
necesaria para que el crecimiento de la nueva planta tenga éxito y consiga
llegar a buen puerto. Este es el caso de
la plantación de Olmo Ibérico, resistente a la grafiosis, un árbol
tradicionalmente ligado a las plantaciones de vides, ya desde los romanos.
Todo encaja. En Castronuño, el número de olmos, o negrillos, es
muy considerable, aunque por desgracia, no llegan a la edad adulta debido a la
grafiosis . Por otra parte, en las catas didácticas que Asocastrona ha
realizado con otro gran conocedor de nuestro pueblo y defensor de la
biodiversidad, el viticultor local Esteban Celemín nos ha hecho sabedores de la
importancia y extensión del cultivo del viñedo en Castronuño. Está claro, todo
tiene su razón de ser.
Entre las variopintas actuaciones en la naturaleza realizadas por la
Asociación El Prau de Luyas, Perote nos comenta la recuperación y nueva
creación de balsas de tamaño pequeño, y nos recuerda que lo micro da
resistencia y belleza, totalmente avalado por el hecho de lograr criar cangrejo
autóctono en esas mismas balsas.
La recuperación de chozos de pastores y la poda de pinos dejando
las ramas podadas en el pinar de suelo degradado para proteger el suelo de la
erosión. Murales con orquídeas terrestres para embellecer el pueblo, que además
de ser bonitas , son plantas beneficiosas y abundantes en el entorno de Piñel de Abajo.
Ferias de Mermeladas, membrillos, cuajadas y cata de manzanas.
Es de destacar la plantación de trufas de verano que, a lo
tonto a lo tonto, se ha convertido en la mayor plantación de trufa de verano de
Europa. Y ya de paso, observando su campo, se vio que tenían una zona con alto
número de mariposas, así que, la consecuencia era clara: catalogación y
señalización de la Reserva de mariposas, porque eso sí, todo debe estar
acompañado de un bonito cartel señalizador, que complete y realce la actuación,
consiguiendo que el trabajo realizado no pase desapercibido.
Y si piensan que el número de actuaciones queda corto, no se
relajen, todavía podemos descubrir las dotes constructoras de las personas que
componen el Prau de Luyas a través de la visita a “La caseta de Luis”, o en su
banco de pensar y crear, su majestuoso
“Banco de las cuatro estaciones”, a base de plástico, madera hormigón y hierro.
En este sentido, no podemos olvidarnos de su último gran proyecto, la
recuperación de dos casas ruinosas mediante trabajo voluntario destinadas a
nuevos pobladores. Sin duda, una acción que deja ver el compromiso social y las
altas miras de unas personas que quieren luchar por mantener vivo su pueblo.
¡Grandes!
291 Plantas melíferas
Al final de la ponencia, Perote ha presentado su libro “291
plantas melíferas”, un trabajo exhaustivo sobre la flora del entorno de Piñel
de Abajo, pueblo del autor y de la provincia de Valladolid. El libro es
considerado como el que más contenido tiene sobre el tema, no sólo por el nivel
fotográfico que muestra, sino porque ,además, cada planta está fotografiada con
su abeja. Todo lo recaudado por la venta de ejemplares se destina a la
financiación de proyectos de la asociación El Prao de Luyas.
Durante esta segunda parte de la charla, nos enteramos que
se han perdido el 70% de los insectos polinizadores, con lo que peligra nuestra
cesta de la compra. De nuevo la importancia de lo Micro, los insectos y la
biodiversidad. Por ejemplo, y ya que somos tierra de vino, deberíamos conocer
que las avispas, con las levaduras que habitan su intestino, son interesantes
en el cultivo del viñedo y la producción del vino.
Con la frase de Cicerón: “La agricultura es la profesión
propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para
todo hombre libre”, Eduardo Perote reflexiona sobre la PAC y las modernizaciones que han dejado el campo
sin agricultores. Paradójicamente, antes 40 hectáreas eran suficientes para que
un agricultor viviera de su profesión, mientras que ahora es una cantidad
insignificante, lo que ha dejado a los pueblos sin agricultores, o como mucho
un agricultor por pueblo.
La agricultura, nuestros alimentos, nuestro futuro se ve
altamente perjudicada por el uso de unos pesticidas que matan el suelo
productivo, fabricados con los mismos productos químicos sobrantes de las
bombas de la II guerra mundial que mataban personas. Todo para producir un
exceso de alimentos, de peor calidad por ser recolectados en verde, con pérdida
de vitamina C y hierro, entre otros, lo que genera enfermedades en nuestros
organismos. No podemos tener tomates todo el año, tenemos que ser consumidores concienciados.
La charla no podía finalizar sin la mención al cultivo del
tomate y su evolución histórica, desde el insignificante tomate silvestre de
Perú, que pasa a Méjico, donde se hibrida y se hace más grande para volver a
Perú. De nuevo vuelve a Méjico, donde se usa para bajar el picante de los
chiles. Cuando el tomate llega a Europa, lo hace como tomates tipo cherry
amarillo, pero es una planta solanácea, venenosa, y no lo dan importancia. Luego, su ingesta se pone de moda entre los
ricos, a los que envenena por la reacción con los platos de níquel que usan, ya
que genera plomo. Curiosamente, los pobres, que usaban platos de barro, fueron
los que extendieron su uso.
Los asistentes también pudieron adquirir lotes de tomates de
gran variedad, puesto que Perote cultiva 1.300 variedades de este rico producto
hortícola.
Al finalizar las y los asistentes han podido degustar un
maridaje de ricas viandas con origen en Castronuño y Piñel: Mollete, chorizo y
ricos tomates variopintos.
Una mañana de 10 con un invitado de 20, de los que dejan
huella desde el primer momento, sobre todo si te predispone con una frase
inicial que encierra un principio filosófico tan convincente y acorde con los
objetivos fundacionales de Asocastrona:
“Repoblar los montes
y poblar las inteligencias constituyen los dos ideales que debe perseguir
España para fomentar su riqueza y alcanzar el respeto de las naciones. Ramón y
Cajal.1921”.

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