miércoles, 12 de agosto de 2020

Este verano también puede darnos gratos momentos: apuntes de enología a pie de parra

Sí el viernes disfrutamos de un encuentro nocturno con los misterios de Castronuño por la Ruta de Los hombres Chopo, el sábado 8 de agosto , fue el turno de disfrutar de un atardecer dorado en muchos sentidos, junto al viñedo experimental de Esteban celemín Viticultor.

Esta actividad quedó pendiente de realizarse desde el mes de marzo, pero como no hay mal que por bien no venga, el cambio de fecha ha posibilitado que much@s de l@s soci@s que formamos Asocastrona y que habitualmente visitan Castronuño en verano hayan podido asistir a esta ilustradora y amena cata a pie de viñedo, al aire libre y por supuesto, guardando todas las medidas sanitarias aconsejables en estos tiempos de pandemia.

Aparte de entretenida, la cata nos sirvió para quitarnos la morriña del fin de semana que pudo ser y no fue, ya que este hubiera sido el fin de semana en el que se habrían concentrado actividades tan típicas del verano de Asocastrona y tan instauradas como son el “Festival Multicultural” y la gran batalla “1476, El sitio de Castronuño”.

La verdad,  asistir a una cata guiada dirigida por Esteban Celemín, es casi sacarse un máster en enología, ya que sus catas son amenas clases magistrales sobre el cultivo de la vid, sobre la geología de Castronuño, que proporcionó las características necesarias para el cultivo del albillo real, y  sobre la propia uva blanca típica de Castronuño, que tan pocos lugares disfrutan. Así, aprendimos que el albillo real llegó a Castronuño en 1734 relacionado con los monjes de Toro y sus visitas, que siempre llevaban sarmientos para regalar.

La cata comenzó en el viñedo experimental, donde ya pudimos degustar y apreciar los matices de la uva de los diferentes vinos probados. Este viñedo  bien podría representar el germoplasma del albillo real de Castronuño, ya que en él se encuentran plantas procedentes de 3 viñedos galdarros diferentes. Esta variedad de plantas supone una selección natural de las mejores que, como bien decía Darwin, dotarán a la mismas de las mejores armas para resistir a enfermedades y extremos climáticos.

Entre los vinos degustados no podía faltar  el denominado Señora Vale, un vino elaborado a base de uva albillo real, fresco, fluido y en el que podían apreciarse perfectamente los matices glicéricos típicos del albillo . A Horquilla y Afuereñas…Las Uvas completaron la variedad de blancos albillo real. Entre los tintos, Ultimas Huellas y Melquiades aportaron nuevos sabores igualmente aconsejables.

La cata terminó con un brindis colectivo por Asocastrona,  la amistad  y  por la salud, regado por un espectacular vino espumoso de nombre Troglodita y con la invitación de Esteban Celemín a hacer de esta actividad una fecha a señalar en el calendario de actividades anuales de Asocastrona.

Desde Asocastrona, solo queda dar la enhorabuena a Esteban Celemín por el gran trabajo realizado recuperando el néctar de Castronuño, y agradecer el trato exquisito que recibimos por su parte y por parte de sus padres . Por supuesto, aceptaremos su propuesta de mil amores así que, ¡Nos vemos el próximo año!







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