¡Hoy todo está a punto en Castronuño!
Todo está a punto, y todos están dispuestos a colaborar en esta fiesta de Quintos.
Nos encontramos ante un acontecimiento que goza de una gran popularidad en todo nuestro territorio, porque nadie puede discutir su arraigo y tradición como algo popular que mueve, no solo a los más jóvenes, sino también a los mayores y niños.
Castronuño es un pueblo volcado en que la gente que viene de fuera se agolpe en las aceras de Carretejar para que, cuando regresen a sus lugares de origen, lo hagan con la mente puesta en la felicidad y con una frase para sus adentros: “El año que viene aquí estaremos de nuevo”.
Además de todo esto hay algo importantísimo en Castronuño, en esta fiesta de Quintos, pues consiguen unirnos a todos, con su aire desenfadado, con sus espontáneas muestras de lo popular en sus preparados versos, y aunque algo salga mal, siempre quedará perdonado diciendo: “estamos en Carnaval…”, “son Quintos…”, o “¡Echa Un Trago!”.
El tiempo no debe importarnos, hemos de estar a punto para su celebración y, como única compensación a tal esfuerzo, nos quedará el cansancio. ¡Pero a ver quién nos quita lo “bailao”!
Y, para terminar, voy a atreverme a dedicar unas estrofas a estos/as valientes que hoy van a poder galopar por Carretejar y son la envidia de unos cuantos a los que la nieve nos negó la posibilidad.
Castronuñeras y Castronuñeros
señoras y señores
pequeños y medianos
grandes y mayores.
Es un sueño, ya se sabe,
una alegría total,
ser los protagonistas
de todo el carnaval.
Hoy vais a contar al mundo
de manera diferente
lo que va de boca en boca,
y que sabe tanta gente.
Los quintos recitan y escriben
lo que dicta el corazón,
no hace falta ser letrado,
licenciado ni doctor.
Yo no se si es muy reciente,
o si viene de los fenicios,
pero es que aquí los Quintos
son poco menos que vicio.
Y creo que no exagero,
ni me falta la razón,
si digo a los cuatro vientos
que esta fiesta es la mejor,
por reunirnos a todos
en Carretejar bajo el avión.
Versos con sabor a broma
tienen aquí su catecismo,
sabiendo que el humor
siempre empieza por uno mismo.
Cuando se ría a conciencia
cuide usted de no pasarse
hay peligro de impotencia,
y puede usted descojonarse.
también está la emoción
al dedicar esas cintas
que cuelgan bajo el avión.
A saber, que contarán
pero no me cabe duda
de que nunca olvidarán
esta bonita aventura.
¡He dicho señores!
Carlos Martín Herrero
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