sábado, 5 de agosto de 2023



 


EL “DUENDE” DE LAS NOCHES DE VERANO.

“Tus ojos me recuerdan las noches de verano…” Antonio Machado.

 

Con nuestro círculo simbólico de amistad y cántico, Asocastrona ha celebrado un año más la X edición de “Cantando al fresco”, la noche del viernes, 4 de agosto, en la Plaza de la Constitución.

A los 80 asistentes se han unido este año varios amigos del grupo de Foncastín y Tordesillas, “Los remeros del Zapardiel” y el etnógrafo Antonio Lozano, de Madrid, responsable del blog “Ateneo de saberes” y un amigo suyo venido desde Japón.

Contando con los mimbres infalibles de la música, la convivencia, la alegría (y la limonada de Mila Ferrín), la velada fue gozosa, como de costumbre.

Dirigió la reunión con maestría nuestra filóloga Rosana de Castro, y debemos mencionar también el reconocimiento tributado a la trayectoria cultural de Toya Velasco y aludir sin duda a la voz privilegiada de Quica Hernández dando el compás perfecto a cada tonada. Hay voces especiales como la suya, con duende, que siempre consiguen emocionarnos; Castronuño, pueblo de cante, contó con otras voces históricas como por ejemplo las de Paca Medina, Angelito, Antonia “la Castaña” o Teófilo “el Sastre”.

Ayudados por el libreto de más de sesenta canciones elaborados durante años hemos recordado y entonado las conocidas y queridas jotas, coplas y cantes: desde “Los labradores”, o “La tía melitona” a “La tarara” o “Los cuatro muleros”, y las imprescindibles “El palillo” y “La peregrina”.

De forma incansable nos seguimos reuniendo año tras año casi cien castronuñer@s y visitantes convencidos de la magia eterna de las noches de verano, el espíritu de la música y los valores del mundo rural. Si la vida tiene rigores, como réplica tenemos inteligencia para juntarnos al fresco, bajo las estrellas, a cantar y así compensar tales fatigas con la alegría compartida y la convivencia armoniosa.

Rosana nos hace cavilar cada año sobre los valores de la alegría y el canto compartido, señas de identidad de nuestros pueblos que parecen ahora en crisis, y meditar sobre la importancia de la cultura. Las siguientes palabras de Lorca sobre los libros valen para las canciones y para todas las manifestaciones artísticas de las que somos herederos y debemos ser guardianes y transmisores:

“Porque los hombres se mueren y ellos (los libros) quedan más vivos cada día, porque los árboles se marchitan y ellos están eternamente verdes y porque en todo momento y en toda hora se abren para responder a una pregunta o prodigar un consuelo.”

Existe, por el contrario, hoy en día otro modelo de ocio y entretenimiento “de moda”: podríamos llamarlo “watios y botellón”: no es la línea de Asocastrona. Ese modelo ahora triunfa entre los jóvenes, exitoso como el imperio romano, y nosotr@s luchamos, desde el respeto, pero a la contra como en la aldea de Astérix. Si estas líneas las lee algún joven pensad también que otras modas exitosas están provocando el deterioro de la ecología del planeta que deberíais disfrutar: cielos, aguas y tierras…

Conviene pensar sobre las modas y, como decían los romanos “Cui prodest “, ¿a quién benefician?...

Ojalá consigamos una apertura de Asocastrona a las jóvenes generaciones: viven rodeados de señuelos, reclamos y anzuelos de todo tipo…; aviso a navegantes: la cultura es el antídoto para que otros no piensen por nosotros.

Si se apuntan a nuestro barco esos jóvenes no confundirían, eso sí, como me pasó a mi esa noche, un micrófono con parabrisas con un ramo de tomillo; ese ramo que atesoraban entre sus manos las abuelas de Castronuño, como mi abuela María Santos, el cual es uno de aquellos símbolos sagrados compartidos grabados en nuestra memoria. Abuelas y abuelos recordados, (pasados de nuevo por el corazón), sobrevuelan la plaza cada Agosto y son los venerados siempre en esta noche… de verano.






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