El sábado 22 de Julio, cumpliendo el XI aniversario de
Asocastrona se celebró el taller de educación en plástica Camisetas
interactivas en el paraje de la fuente del Caño. Se cerraba el círculo
de la vida, pues con la limpieza del Caño comenzamos hace más de una década
nuestra andadura en pos de la conservación de la Naturaleza y la convivencia
vecinal.
A quienes la plástica no se nos da
bien, bajábamos esa mañana al Caño con la ilusión de parvulitos de aprender por fin a dibujar o modelar ..., si veis las
fotos incluidas en esta entrada que muestran las camisetas pintadas veréis que
el objetivo se cumplió y el resultado fue precioso. Aprendimos los interesantes
secretos de la pintura y la cerámica, en cuyas áreas también destacan varias
compañeras de la Asociación como por ejemplo Rosa Sanz y Concha Fernández.
En todo caso, era de prever el
éxito, pues el taller lo dirigió nuestra antigua Presidenta, Inmaculada
Sánchez, que es precisamente Profesora de Didáctica de la expresión
plástica en la Universidad de Valladolid.
Con maestría y experiencia Inma
orientó la actividad y las caras de satisfacción fueron palpables en todo
momento en los veinte participantes, entre adultos y niñ@s.
Con ser gran alegría el resultado,
la perla de la mañana estuvo en la introducción de la actividad, cuando Inma
nos explicó que había elegido ex profeso el lugar del Caño por ser un entorno
natural puro, fresco y entrañable, donde comunicarse con tantos seres vivos
hermanos nuestros: arboles, plantas, animales, y ser inspirados por ellos. Con
estos ingredientes, nuestro esfuerzo, y respetando el silencio del entorno se
dio la fórmula mágica de despertar nuestra creatividad: la clave de la
actividad propuesta, que es la misma clave del Arte con mayúsculas.
Tras sus palabras como prólogo ya
pudo visitarnos la musa y volar en el frescor verde rodeada por el petirrojo,
el sauce y la mariposa, y por los espíritus de tantos artistas y poetas
naturalistas: Turner, Monet, Frida Kahlo, Remedios Varo, Whitman, Thoreau, Fray
Luis de León, Virgilio…
El articulista, aunque es un
pacifista convencido, pintó esa mañana una espada simbólica con la cual desde
Asocastrona defenderemos siempre esos arroyos (o su memoria) que un día fluían
cantarines, generosos y hospitalarios, por las cárcavas de nuestro hermosísimo
término de Castronuño.
Las cinco niñas y niños que nos
acompañaron y tod@s l@s niñ@s de Castronuño merecen conocer su Patrimonio,
crecer con raíces, saber qué son y cuántas vidas vieron pasar las Alamedas, el
Caño, o la Pitanza; cuantas risas oyeron a su vera las fuentes de la Pelaz, San
Lazaro o Vanieto.
La mayor lección quizá falta de
contar: esas cinco niñas y niños nos fueron enseñando durante la mañana que no
habían ido allí obligados por nadie sino inspirados por su espíritu creativo y
curioso a conectar con la Vida y con su comunidad. Nuestros prejuicios de
adultos pudieron caer con el espíritu del bosque que ya estábamos sintiendo, y
pudimos escucharles con su mensaje. Fueron los cinco, nada menos, decididos a
crear belleza con sus manos; cuando tomen decisiones desde su libertad
en el futuro, quizá recojan el testigo de Asocastrona y abracen nuestro “deber
principal como socio”: dar luz y calor a los demás miembros de la comunidad.
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