lunes, 7 de junio de 2021

Foncastín: un gran día, un gran pueblo

 

Hace unas semanas, recibimos la invitación de la asociación El Alcornocal de Foncastín para compartir con ellos una jornada de convivencia en su municipio. Ayer, día 6 de junio tuvo lugar este encuentro entre asociaciones que compartimos principios y valores.

La jornada comenzó con una agradable ruta por el alcornocal de Foncastín, un bosque singular, único en la provincia, que da nombre a la asociación. Esta recomendable ruta senderista de 9 kilómetros de longitud, con principio y fin en el municipio, ofrece todo un espacio de biodiversidad. En el camino, además de alcornoques, encontramos zonas de pinar, encinar, y preciosos paisajes de la vega del Zapardiel con su vegetación de ribera, entre la que destaca un bonito olmedal.

La ruta fue constantemente enriquecida con las explicaciones de los miembros del Alcornocal que hicieron de guías. Nadie mejor que los vecinos enamorados de su pueblo y su entorno para dar a conocer su historia y peculiaridades. Se hizo una parada técnica para reponer fuerzas en la que el artista “El Archiperrero”, miembro de la asociación local, deleitó a los presentes con un sentido poema titulado “Sembrando”. Allí, tuvimos el honor de recibir por parte de los anfitriones un precioso cuadro hecho por una artista local a base de flores secas. Un bonito detalle que tomamos como símbolo del hermanamiento entre nuestras asociaciones.

Continuamos la ruta y una vez en Foncastín visitamos “La Bodega”, hoy propiedad del viticultor Alejandro, quien amablemente nos abrió sus puertas y nos agasajó con su vino. Esta bodega de enormes dimensiones fue hasta no hace mucho propiedad del común de los vecinos del municipio y a lo largo de su historia ha tenido diferentes usos. Sin duda, es una de las bodegas más impresionantes que se pueden encontrar en la provincia. Podría decirse que es una catedral subterránea.

Tras esta interesante y sorprendente visita hicimos parada en la terraza de El Rincón de Oliegos, el bar del municipio. Donde nos rodeamos de buenas viandas al calor de interesantes conversaciones que derivaron en canticos de algunos de los éxitos musicales del grupo local de folk Los Remeros del Zapardiel, parte de cuyos miembros también pertenecen a la asociación El Alcornocal.

La tarde culminó con la plantación de una encina en una de las calles del municipio, un bonito punto final para una extraordinaria jornada de convivencia en la que descubrimos un pueblo lleno de bondades medioambientales, patrimoniales y sobre todo, humanas. Muchas gracias a las buenas gentes de la asociación El Alcornocal por brindarnos la oportunidad de disfrutar de un precioso día en la mejor compañía. Da gusto comprobar la implicación que muestran para con su pueblo y la naturaleza que lo rodea. Con activos como vosotros, el medio rural es una fuente de vida. Os damos la enhorabuena por ello. ¡Seguid así!

 PD: Os debemos una 😉

 
   
 










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