lunes, 3 de marzo de 2014

Un año más Castronuño vivió su fiesta de los Quintos


La llegada del carnaval trae a Castronuño su “domingo gordo” y con él, una de las celebraciones más tradicionalmente arraigadas y originales que se celebran en el municipio.


La fiesta de los quintos se viene celebrando desde  tiempos inmemorables. Antes, los Quintos sólo lo celebraban los hombres que durante ese año iban a ir al servicio militar, pero desde mediados de la década de los 80 las mujeres también se incorporaron a esta celebración.
Los festejos, que duran cuatro días, tienen su momento álgido durante la tarde del domingo de carnaval, domingo gordo en Castronuño, cuando todo el pueblo se reúne en una de las carreteras de entrada a la localidad para escuchar a los quintos “echar el verso”.
Foto: Raúl Gutiérrez
Foto: Raúl Gutiérrez
A las tres y media de la tarde, los quintos, ataviados de mantón de manila y sombrero con cintas desfilarán a caballo y acompañados de una banda de música desde el Ayuntamiento hasta la calle Carretejar y una vez allí, el público ocupará la calzada y los laterales de la carretera para crear un semicírculo frente al cual irán pasando los quintos y quintas. Ha llegado el momento de “echar el verso”.

Los versos, siempre escritos en clave de humor, contarán la procedencia familiar del quinto, así como anécdotas y andanzas del mismo o de familiares y amigos, episodios ocurridos en el pueblo durante el año anterior,  análisis social y político etc…
Colgando de una cuerda que atraviesa la carretera de lado a lado está el avión de las cintas.  Los quintos harán en el verso una dedicatoria a aquellas personas más queridas a las que regalarán las cintas que saquen del avión. Después, estos afortunados lucirán en el cuello dichas cintas, orgullosos de tan preciado agasajo.
Tras los versos, la gente se echará a los lados de la carretera, dejando libre la calzada para que los caballos tengan espacio para correr. Ha llegado el momento de “Correr las cintas”.
Con una especie de pistola de madera con forma de punzón, los quintos han de pasar galopando bajo el avión y coger tantas cintas de colores como sean capaces para después regalarlas a sus seres queridos. Eso sí, tendrán que evitar sacar la cinta negra puesto que aquel que la saque tendrá que pagar una botella para invitar al resto de quintos.
A partir de que se haya sacado la última cinta, los quintos bajarán de sus caballos y recorrerán las calles y bares del pueblo al son de una charanga. Entre las canciones que bailarán, por supuesto estará “El Palillo”, canción popular que da pié a otra celebración tradicional de Castronuño, “el baile del palillo, pero de esto hablaremos otro día.
                                            
Desde Asocastrona hemos querido dedicar estas líneas a esta celebración tan arraigada y entrañable para los castronuñeros y castronuñeras. Una fiesta que entre todos debemos de conservar y potenciar para que la tradición se mantenga.
                                                
¡Viva los quintos y quintas del 2014, los anteriores y los que estén por llegar!





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