Casi un año después de nuestra primera visita a Nava del Rey, decidimos volver a este pueblo vecino para completar así nuestro conocimiento del mismo y de su abundante patrimonio.
Una vez recibidos por José Manuel, el técnico de turismo de
la localidad, hombre amable e informado donde los haya, comenzamos nuestra visita
descubriendo un curioso lugar, el “Cementerio Viejo” de la localidad, que nunca
llegó a desempeñar tal función. Hoy en
día, su ermita se utiliza para albergar la imagen del Cristo del Trabancos, que
cuenta con el fervor de los locales. La curiosidad de este sitio, más aún para
unos amantes de lo natural como somos los integrantes de Asocastrona, es que te
recibe con un gran jardín lleno de olivos que fueron plantados con la finalidad
de salvar este lugar de la voracidad de la burbuja inmobiliaria.
La visita siguió su itinerario y nos llevó a una
construcción civil, el Pozo de la Nieve, redescubierto no hace muchos años. Esta
edificación fue una antigua empresa dedicada a la venta de hielo para aquellas
personas de cierto nivel adquisitivo que podían permitirse comprarlo. Con ese
hielo, conseguirían pasar los rigores del caluroso verano castellano y refrigerar así sus bebidas y alimentos. ¿Qué
de dónde sacaban la nieve? Pues la traían de la sierra salmantina en carros y
luego la mimaban entre capas de paja
para prolongar su conservación.
En resumen, un bonito día aprovechado al máximo. Gracias a
nuestros guías y a los socios y socias de Asocastrona por hacer de esta jornada un día de lo más interesante.
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