"Para cantar mi mente quiero un verso pagano" (Francisco Villaespesa)
Tras echar un trago, la "valiente", respira aliviada. Mirada fija en un punto indeterminado del horizonte. Toma el aliento necesario que le permite continuar con energía su discurso, hasta concluir su cadenciosa trova con el consabido: "- ¡He dicho señores!" Golpean el asfalto las herraduras del penco justo antes de que arranque la ovación del respetable ¡Bravo! ¡Di que sí! ¡Ahí le has dao! Caras de emoción contenida entre amigos y familiares.
Ana es la primera de las cuatro jóvenes que protagoniza el
ritual. Sitúa su corcel bajo el avión de madera del que cuelgan las cintas y
se hace el silencio. Comienza la declinación genealógica de familiares como
carta de presentación. Relata: "Estudio 2º de bachillerato, el instituto
se va a acabar, empezaré una nueva etapa, comenzaré la universidad. Quiero
estudiar Magisterio para ser maestra algún día, es la profesión de mi madre y
también la de mis tías". Además de mencionar sus andanzas juveniles, a sus
amigas, a su hermano, la admiración por sus padres, Ana desliza entre líneas la
pandemia que sufrimos, cómo afectó a Castronuño la quinta ola, y dedica un
sentido homenaje al personal sanitario y a los servicios esenciales. Pide a los
políticos que "den más dinero a la ciencia, sueldos y trabajos dignos para
los trabajos esenciales". Tal vez Ana conozca que la reforma laboral
aprobada hace un mes va de eso, precisamente.
A continuación, toma la palabra Aitana quien inicia su verso
listando a sus familiares para que el público la ubique. Prosigue con "las
aficiones que tengo, heredadas de mi padre: caballos, galgos y caza, juerga,
fiesta y desmadre". "Los estudios no me apuran, mi vida está controlada,
y le he prometido a mi madre: ¡no te preocupes por nada!, que acabaré el
bachiller antes de estar jubilada". Toda una declaración de intenciones.
Las anécdotas vividas, alguna liviana y otras de mayor tono, que pusieron en
riesgo la seguridad vial. Se lamenta de no haber podido celebrar la juerga
nocturna que antecede al domingo gordo en sitio cerrado. "Pido perdón si
al hablar, alguien se sintió ofendido, hoy domingo carnaval creo que está
permitido".
Es el primer año que los festejos previos al Carnaval se
celebran con las restricciones y cautelas obligadas por la pandemia del
coronavirus, todavía vigente. Y aunque la 'sexta ola' va progresando hacia una
tendencia regresiva no hay que bajar la guardia en la prevención, ya que la
incidencia todavía es elevada. Desde esa cautela se acordó entre la Corporación
municipal y las quintas utilizar espacios abiertos para la fiesta nocturna y
las charangas que anteceden al Domingo gordo. Porque la salud debe ser primero
que la fiesta. Y los once millones de contagios y 99.410 fallecidos por Covid
registradas en España hasta la fecha de hoy nos lo deben recordar. La Casa
consistorial contribuye con una subvención fija para cubrir parte de los gastos
destinados a las celebraciones y facilita recursos para que se puedan llevar a
cabo. Pero se deben cumplir las medidas restrictivas que siguen vigentes a día
de hoy.
En tercer lugar interviene Luna. En su presentación de
encuadre quiebra su voz al mencionar a su difunta madre y el emocionado público
corresponde con un sentido aplauso. "Madre siempre quisiste verme vestida
de quinta hoy tu deseo he cumplido viniendo a correr las cintas". Esta
estudiante de enfermería relata anécdotas deportivas y sus apuros gastronómicos
al realizar un intercambio de estudios en Francia. Remarca la figura de su
abuelo el "Barris", personaje querido en el pueblo a quien
Asocastrona concedió el Premio "Valores" en 2019. Luna promete sacar
cintas para su hermana y padre, además de una muy especial para su madre
siempre presente en su corazón. Ovación cerrada!.
La melodía taurina anuncia el cambio de tercio. Miriam se
acerca muy emocionada al punto central del recital. Recupera la compostura y
comienza su verso con la consabida presentación. En un momento señala que
"es necesario admitir que por la sangre de mis venas corre la guardia
civil. Guardia civil es mi padre, así como sus hermanos, pues también lo era mi
abuelo y yo quisiera intentarlo". "Mi intención es pues seguir con la
saga familiar sacarme la oposición y a mi padre jubilar".
Y así fueron hilando los discursos las cuatro quintas a
caballo. La ceremonia que se dio en llamar los
"Versos de los Quintos", proviene de los jóvenes que, por
sorteo, debían cumplir la obligación de incorporarse al ejército de la corona
de Carlos III, en su inicio, y al servicio militar obligatorio posteriormente,
hasta su extinción.
En 2022, Aitana, Ana, Luna y Miriam son las amazonas que
ocupan el escenario del pago de Carretejar, en la carretera de Alaejos a Toro.
Cada una en su corcel. Engalanadas con su mantón bordado al torso y su sombrero
decorado con cintas azules, rojas, blancas, amarillas. Recitan, en tono de
humor, algunos de los episodios más importantes de su joven existencia, que han
sido cuidadosamente preparados por algún familiar o amigo con oficio en estas
lides. Valga el homenaje también para los autores de las coplas, que buen
mérito tienen. Ellas han de cuidar el ritmo del discurso, el traqueteo de la
rima, las pausas para dar paso a las risas o a los aplausos. Aitana, Ana, Luna
y Miriam lo han preparado a conciencia y tan solo se permiten algún lapsus,
casi imperceptible, fruto de la emoción o de los nervios. El trabajo previo de
preparación da su fruto y los vítores del público lo van confirmando.
Llega el momento de 'correr las cintas'. Las quintas
cabalgan por turnos, calle arriba calle abajo, pasan por debajo del antiguo
avión de madera, del que cuelgan cintas que han de sacar con la ayuda de un
punzón y que luego reparten entre sus seres queridos.
Para redondear el fin de semana, se celebra también la
segunda edición de las 'Jornadas de Degustación del Pincho de Gallo de Corral'.
Este evento culinario viene organizado por algunos de los bares y restaurantes
del pueblo -restaurante Guacamayo y Castrobar 'Sevilla'- que quieren contribuir
a la efeméride ofreciéndonos el tradicional plato recuperado de la fiesta de
Las Quintas y que, igualmente, cuenta con el apoyo del Ayuntamiento. Porque
ésta es una fiesta de todos, mientras todos quieran seguir con esta bonita
tradición.
La mayoría hemos comprendido que, en estos tiempos de
pandemia en los que seguimos involucrados, la vía más prudente de celebración
es el espacio abierto donde se puede ejercitar la alegría siguiendo las normas
de prevención sanitaria y guardando la apropiada distancia segura.
Desde mi posición de observador cada vez más cercano a lo que acontece en el pueblo, compruebo, año tras año, cómo viven castronuñeros, socios de Asocastrona, los versos de los quintos, con una especial emoción que rememora su paso por aquella ceremonia, con mezcla de agrado y añoranza. Me explican las andanzas de su quintada. Unos me dicen que no hace tanto las fiestas nocturnas se celebraban en naves o garajes privados sin subvenciones municipales, sino con recaudaciones solidarias de la población. Otra me dice que la primera vez en que participaron mujeres como quintas fue en 1983. Algunos que no echaron el verso, pero que sí echaron el resto festejando con su pandilla los días y noches previas. Hablan de ir a buscar el aguinaldo, o del tamaño de su gallo, criado para lustre y posterior deleite gastronómico. Me transmiten esa nostalgia inolvidable y agradable de haber superado el rito, jalonada de un sinfín de anécdotas llamativas, algunas inverosímiles para las circunstancias de hoy en día. Pero fueran otros tiempos pasados o los que hoy día galopan insidiosos, quienes celebraron la quintada de su año, prepararon su verso con ilusión, trotaron a caballo desde el Ayuntamiento hasta Carretejar, alzaron su voz para recitar sus días adolescentes ante su multitud cercana, quienes pasaron, al fin, por el trago de echar su verso disponen de una privilegiada sensación común, que les perpetúa como propios de un lugar, enlazados para siempre con su generación y continuadores de una amable y pacífica tradición que les hace grandes. Y por todo ello ¡Vivan las Quintas de 2022!
F.R.P.L