Asocastrona recibió el 13 de mayo, el Premio Tajillo 2015
que desde hace 11 años otorga La Asociación de Vecinos Pinariegos de Villanueva
de Duero a la persona, colectivo o entidad que destaca por su labor y
compromiso para con el medio ambiente.
Una delegación de Asocastrona nos desplazamos al acto que
comenzó con una ginkana para peques y menos peques y en la que se realizaron
distintos talleres de reciclaje creándose verdaderas obras de arte con materiales de
desecho.
El colectivo “La Huerta sin Puerta” del barrio vallisoletano
de la Victoria, fueron los encargados de dar el pregón de la fiesta por ser ellos
quienes recibieron el premio en la edición del año anterior ¡y vaya si lo
hicieron! Tras unas emotivas palabras, deleitaron al público asistente con una representación
teatral de un divertido cuento situado en la comarca de Sayago con el personaje
de “La Tomasa” como protagonista. Sin duda, estos hortelanos, aparte de los productos
de la huerta, siembran mucho arte, simpatía y energía positiva.
Llegó la hora de la entrega de premios. El premio local fue merecidamente
adjudicado a Manolo Poncela, vecino de Villanueva de Duero, por su labor divulgadora
y de concienciación medioambiental como voluntario en el colegio del pueblo.
El premio foráneo era el que correspondía a Asocastrona.
Inmaculada Sánchez, nuestra presidenta, pronunció un emotivo discurso que comenzó
con un pequeño repaso a los casi tres años de vida de nuestra asociación, destacando
tres ejes estratégicos de nuestros fines y objetivos “Naturaleza, cultura y
convivencia”. También destacó el impulso de ánimo que ha supuesto para todos
los miembros de nuestra asociación la concesión de este Premio Tajillo y el
agradecimiento a Pinariegos por valorar y reconocer nuestro esfuerzo a la hora
de mejorar el medio ambiente en la medida de nuestras posibilidades, así como el
entorno de Castronuño.
El acto finalizó con una merienda repleta de variadas y riquísimas
viandas que fueron aportadas por los vecinos y vecinas de Villanueva,
promoviendo ellos así también la convivencia entre los propios vecinos y visitantes.
Una suculenta actividad que nos dio la oportunidad de estrechar lazos con otras
asociaciones con inquietudes similares a las nuestras. La delegación de Asocastrona
aportamos a la mesa unas riquísimas rosquillas caseras de nuestra socia Merche
y por supuesto, no podían faltar los tradicionales molletes de Castronuño.
Gracias a la Asociación Pinariegos por brindarnos la
oportunidad de disfrutar de esta entrañable fiesta que organizan y les animamos
a que sigan adelante con su bonito proyecto.
El año que viene volveremos para dar el pregón y pasar el
testigo al próximo merecedor del Tajillo 2016 ¡será todo un honor!